Tener un plan es fundamental y el presupuesto es el plan.
Si viaja del punto A al punto B, tener un itinerario y un horario ayudan a saber por dónde pasará la ruta, el tiempo estimado de viaje, si deberíamos de parar a comer o descansar, etc., etc.
El presupuesto sirve para lo mismo. Es el plan que incluye cuánto se ingresará y por qué conceptos, cuánto se gastará y en qué necesidades, cuánto se estima tener como resultado y las variantes para obtener tal resultado, especialmente cuando hay variantes e imprevistos.
Se pueden utilizar los datos del período anterior como presupuesto. Es una solución básica, fácil de obtener a partir de los datos históricos y proporciona los elementos básicos como ventas, tanto en unidades como en dinero, costos y gastos cuya suma arrojará un resultado (el del período pasado que en principio podríamos replicar).
A este presupuesto podemos aplicarle una serie de variantes en cantidad vendida de diferentes productos para ver el impacto de estos supuestos antes de que sucedan en realidad. En el primero un descuento del 10% en el producto 1 y la forma en que esperamos que afecte el descuento la venta de otros productos. La lógica aplicada es que bajar los precios aumenta las ventas...
En este caso en particular, podemos afirmar que no es conveniente aplicar el descuento propuesto. Sería necesario incrementar las ventas demasiado para compensar la rebaja.
Un presupuesto puede llegar a tener un enorme grado de complejidad y diversas variantes, pero si se hace con rigor técnico y se utiliza a lo largo del ejercicio, es una herramienta de gran valor en el control de gestión que identifica problemas y oportunidades.